jueves, 8 de enero de 2015

6 sencillas pautas para instaurar buenos hábitos alimenticios tras los excesos navideños



Llevamos unas semanas de auténtica locura alimenticia, quien diga que no, que tire la primera piedra. Unos más y otros menos, pero con bastante probabilidad todos nos hemos excedido en algún aspecto, ya sea en cantidad de comida o en tipo de alimentos que hemos consumido, horas de comidas, exceso de alcohol o refrescos azucarados, dulces, turrones y por último, el roscón, del que aún parecemos estar resacosos.

Puede que estés pensando… “bueno, no me ha sido para tanto”. Es probable que no haya sido así, pero sí hayas perdido de vista algunos hábitos saludables del día a día, que con las fiestas descontrolamos un poco más.

Venga, haz un rápido y sincero balance…

  • ¿Cuánta verdura has comido durante estas 3 últimas semanas?
  • ¿Cuántas ensaladas?
  • Si te pregunto cuántas piezas de fruta has ingerido en las 3 últimas semanas, ¿cuál es tu respuesta?
  • ¿Cuántos vasos de agua al día has bebido? No valen refrescos, cervezas y copas de vino.

Vale, ahora ya hemos hecho un balance un poco más realista. Sí, has dejado de lado las buenas costumbres.

Pues es hora de volver a ellas. Ya es día 8 de enero, ahora sí comienza el año nuevo de verdad y los propósitos de año nuevo. Pero los propósitos de año nuevo que requieren infinita fuerza de voluntad son inviables. Seamos sinceros… ¿cuánto te han durado hasta ahora tus propósitos de año nuevo, año tras año?

Vamos a sentar unas bases realistas para el cambio de hábitos alimenticios, que sean amorosas con nosotros mismos, respetuosas y factibles. Los cambios que introducimos poco a poco tienen muchas más posibilidades de instaurarse de verdad en nuestras vidas. Dime, ¿cuántas veces has intentado hacer todo a la vez? ¿Has intentado dejar el azúcar, los refrescos, los fritos, las pizzas, las hamburguesas… y lo has dado por imposible porque era una obsesión continua?

Te voy a presentar algunos puntos fáciles de introducir, que no te requieren mucho esfuerzo ni tampoco cambiar el 100% de tu rutina diaria. Puedes seguir con tu “vida normal” pero empezar a cambiar pequeños detalles que te harán sentir mejor y deshincharte tras estos días de locuras alimenticias :

  1. Al levantarte bebe un vaso de agua con el zumo de medio limón. No te hace falta ni coger el exprimidor, puedes hacerlo directamente con la mano sobre el vaso de agua.
  2. Para desayunar, tras el vaso de agua, toma un batido verde. Si por la mañana vas con prisas, puedes dejarlo hecho la noche anterior y conservarlo refrigerado. Solamente elige una hoja verde (espinacas, acelgas, lechuga, canónigos…) y una fruta, para hacer uno sencillito. Puedes añadirle una ramita de apio y bueno, mil cosas más. Un poco de agua (al gusto según la consistencia deseada) y a triturar bien.
  3. Si aún tienes hambre, puedes comer algo, ya hemos dicho que no se trata de sufrir. Puede ser algo de fruta o pan integral (preferiblemente sin trigo o con poca cantidad), unas galletas o bizcocho casero sin azúcar.
  4. Come algo fresco preferiblemente, o al vapor, en todas las comidas. Si en el desayuno introduces un batido verde ya lo tienes. Puedes tomar otro en la merienda. Y en la comida y la cena, puedes introducir una ensalada además de lo que puedas tomar habitualmente (hay mil tipos de ensaladas, echa imaginación. Algunos ejemplos: aguacate, tomate y canónigos; coliflor cruda triturada en el procesador de alimentos con uvas negras, uvas pasas y semillas de granada; tallarines de calabacín y zanahoria crudos, hechos con un pelador (las tiras que extrae el pelador); con orégano, albahaca y aceite de oliva). También puedes tomar un gazpacho típico o hacer un crema de aguacate, pepino y zanahoria, todo crudo, por ejemplo. Y si no, alguna verdura al vapor, como un poco de brócoli, zanahoria, judías verdes…
  5. Cena pronto y ligero. Sobre las 20h puede ser una hora perfecta para tener un rato para digerir antes de dormir. Si tienes hijos, esta hora va bien a todos.
  6. Vigila las cantidades. A mí no me gusta hablar de calorías ni pesar los alimentos, ni decir a nadie cuánto tiene que comer en cada momento… Simplemente guíate por lo que te transmite tu cuerpo. Deja de comer cuando estés a gusto, no cuando estés rebosando e incómoda. Sólo con esto tendrás unas mejores digestiones, te sentirás con más energía porque tu organismo no la necesitará toda para la digestión.

Sólo con estas pequeñas pautas vas a notar un cambio grande en el día a día. Y poco a poco podrás introducir algunos más. Pasito a pasito.

Dicen que 21 días es lo que tarda el ser humano en introducir una rutina a la vida diaria. Y yo te propongo que pruebes estos pasos durante 21 días.

Además, si te apetece unirte, empezamos enseguida el reto-curso 21 días de batidos verdes, en el que recibirás un montón de información sobre los batidos verdes (y no sólo, va mucho más allá de los batidos verdes) y una lista de la compra semanal, durante 3 semanas. También recibirás, cada día, la receta del batido verde del día siguiente para que la prepares cuando mejor te convenga. Y lo mejor, todo esto estará guiado dentro de un grupo privado de Facebook donde compartir dudas, fotos, experiencias, variaciones, ideas… y sobre todo, ¡energía! Está comprobado que en grupo es más fácil. La fuerza y el apoyo del grupo transmiten energía para continuar introduciendo esos pequeños cambios. Y ayudan en los momentos de flaqueza o los días en los que las cosas se nos tuercen. Si quieres unirte no tardes, empezamos enseguida. Aquí tienes toda la información: http://escueladevidalenta.com/online/21-dias-de-batidos-verdes/

Deseo que te hayan sido útiles mis sugerencias de hoy.

¡Cuídate!
Gala
http://escueladevidalenta.com

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