jueves, 29 de noviembre de 2012

Unschooling y conocimientos académicos (I)


A veces los padres tenemos conversaciones apasionadas hablando de qué método funciona mejor para cada familia, qué materiales, qué corrientes educativas… Una de las dudas cuando deseamos educar en casa es cómo se puede entender y poner en práctica el unschooling y la introducción o no de conocimientos y métodos académicos. Hay muchos padres con dudas preguntando desesperados qué hacer con sus hijos de 6, 7 u 8 años porque no quieren seguir una dinámica "académica" inspirada por la escolar convencional evidentemente, pero tampoco saben seguir los intereses de los niños. 
Me gustaría compartir con ustedes, hoy y dentro de dos semanas, algunas reflexiones sobre esta corriente educativa ya que nosotros la hemos practicado de forma activa disfrutando mucho del proceso de adaptarla a nuestra familia.  

El término unschooling lo acuñó John Holt en los años 70 - probablemente inspirado por Ivan Illich y su libro "La sociedad desescolarizada" - y encontró en seguida seguidores y defensores. La filosofía de esta corriente es dejar a los niños a aprender a través de sus experiencias vitales incluyendo jugar, tener responsabilidades en las tareas de la casa, pasar por experiencias de trabajo a su medida, e interacción social natural. Se alienta la exploración de actividades, la mayoría de las veces iniciadas por los niños mismos, y facilitadas por los adultos. En la filosofía del unschooling el principio director es que el curriculo y los métodos de evaluación convencionales, así como otros rasgos de la escuela tradicional son contraproducentes para el objetivo de maximizar la educación de cada niño. 

Para nosotros en concreto, unschooling significó esperar a que los niños me pidieran un día leer o hacer mates o jugar a algo o estudiar las flores o hacer un proyecto sobre astronomía - es lo que ha ocurrido con mis hijos durante toda su infancia hasta los 13 años más o menos. Cuando no esperé y se lo impuse yo - me pasó esto con mi hija cuando yo estaba empeñada en hacerla leer - las cosas han salido mal; al rato, con paciencia la situación mejoró por suerte y es ahora una lectora empedernida. Nos ocurrió algo parecido con los contenidos "obligatorios" de matemática - quería imponérselos pensando que le harán falta, pero el resultado ha sido como mínimo desastroso.  
¿Por qué? Porque no tenía madurez suficiente para asimilar ciertos conocimientos en su momento y porque su talento y su interés no se manifiestan en esta dirección. 
Mi hijo estaba encantado con las matemáticas, me lo pidió él, y sigue enamorado de esta disciplina.
Mi hija en cambio me pidió hacer canto, o ballet. Y lo ha hecho. Ha sido así de sencillo: seguir sus intereses. 
En nuestro caso cada uno ha podido elegir no sólo lo que iba a aprender, sino también la manera. Y muchos de los conocimientos adquiridos - diría casi el 95% - lo han adquirido de forma no-escolar, no académica. Bien es cierto que entre los 10 y 12 años organizaba yo una media hora diaria de ejercicios de lecto-escritura y operaciones matemáticas, pero no eran clases académicas convencionales, sino un rato de ejercicios, sin evaluaciones y con mucha flexibilidad - sin embargo esta dinámica la evité en la medida de lo posible cuando se trataba de ofrecer información o datos de cualquier tipo y, de todas formas, la empecé muy tarde - a los 10 años de edad.
Hasta los 12-14 años lo normal es que un niño juegue mucho y que haga lo que le apetece de verdad hacer. Así cogerá confianza, porque necesita además probar y jugar y equivocarse por su cuenta, y volver a probar hasta que se sienta seguro de sus propias habilidades. Nosotros hacíamos manualidades, pero siempre a su voluntad, y el horario y las actividades se montaban en torno a los niños a estas edades, nada impuesto: dibujaban mucho, jugaban un montón, ayudaban en la cocina un poco, iban a clases de música por petición propia - nada fue por imposición.

En cuanto al tema académico, la cosa es más sencilla todavía. El término lo dice todo. 
Si un-schooling significa literalmente no-escolarizar, la palabra "academia" se refiere a toda una filosofía relacionada con la escuela incluidas las estructuras académicas construidas alrededor de las escuelas - curriculums, cursos estructurados, datos teóricos clasificados, evaluaciones y tests etc.

Evidentemente, a partir de cierta edad, son los propios niños (después de los 12-14 años) que empiezan a sentirse cómodos con este tipo de estructuras y las buscan y las siguen sin mayores problemas.
Por suerte hoy en día hay muchos recursos, y hay cursos universitarios con un nivel académico altísimo, pero con un enfoque no-convencional (son on-line, utilizan materiales video y dan gran libertad a la hora del estudio) que dan mucho juego a la hora de seguirlos (en este momento mis hijos y yo estamos matriculados cada uno en un curso de este tipo, por dar un ejemplo, pero no somos los únicos; tengo que precisar que mis hijos sólo tienen 17 y 15 años respectivamente y ya han seguido un curso universitario en la Open University). 
Pero no hay que engañarse, ninguno de nuestros hijos no aguantaría con calma y provecho un curso académico convencional de instituto o de universidad - de hecho las estadísticas demuestran cada vez más lo contrario. Hasta cierta edad, y de forma natural, no aguantarían la estructura escolar convencional, ni en casa, ni en una escuela.

Algunos padres se desesperan porque no logran imponer un ritmo académico a sus hijos o porque se creen que si ciertos conocimientos se han adquirido de forma informal entonces no son "académicos".  
Hay que aclarar que todos los conocimientos de esta vida son "académicos", en primer lugar. Y aunque se adquieran de otra forma que la oficialmente reconocida, no dejan de serlo. Si un niño estudia por su cuenta las estrellas, y luego ve un documental que explica cómo se han formado y retiene esta información y hasta se la explica luego a su hermano o simplemente lo comenta con sus padres, esto no significa que los conocimientos adquiridos no son académicos. Por lo tanto en el unschooling lo académico está en un lugar muy importante aunque el enfoque de adquisición sea distinto.
En segundo lugar, hay un tiempo para todo. Así como mientras se es pequeño la manera de aprender es a través del juego, a medida que un ser humano va adentrándose en la vida, su dinámica de aprendizaje cambia y pasa a otra etapa más estructurada. 

La próxima vez, en la segunda parte de este artículo, veremos cómo se puede llevar a la práctica esta manera de aprender y cómo podemos aprovechar los intereses de los niños.

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